Emociones, sentimientos, estados de ánimo…
Nuestra voz refleja miles de cosas pero, por encima de todas ellas, refleja quiénes somos y a qué género pertenecemos.
Y es por este motivo por el que resulta tan frustrante que no nos sintamos identificados con ella, que la escondamos o que tratemos de forzarla simulando un tono completamente artificial.
¿Es posible masculinizar una voz?
Definitivamente sí.
Esta intervención quirúrgica para agravar el tono de voz (o lo que es lo mismo: disminuir su frecuencia fundamental) se denomina “Tiroplastia tipo III”.
Esta operación no solo está indicada en pacientes con rigidez en las cuerdas vocales, tensión excesiva o con alteraciones de la muda vocal que no presentan evolución con logopedia, sino también en hombres transgénero que ya han realizado terapia hormonal con andrógenos y no han obtenido resultado.
De hecho, en un 20% de los casos la aplicación única de esta terapia hormonal no suele funcionar.
Descubre en qué consiste la Tiroplastia tipo III
Una vez que se hayan descartado posibles alteraciones hormonales, el Doctor Casado y su equipo de expertos de Marbel Clinic, recomiendan combinar dos tipos de tratamientos:
- Cirugía (Tiroplastia tipo III / Tiroplastia de reducción o retrusión)
- Logopedia postoperatoria
Gracias a esta técnica quirúrgica se consigue disminuir la Frecuencia Fundamental por debajo de los 165 Hertzios, lo que significa que se obtiene como resultado una voz mucho más grave.
El proceso no es excesivamente complejo: consiste en realizar un acortamiento de las cuerdas vocales haciendo que la comisura anterior vaya hacia atrás.
Este efecto produce una reducción de la tensión de las cuerdas así como un aumento de su densidad, consiguiendo así la tan deseada voz masculina y, lo mejor: sin absolutamente nada de tensión ni fatiga durante la fonación.
Y después de la cirugía, ¿qué?
La Tiroplastia tipo III se realiza bajo anestesia general y mediante una pequeña incisión en la piel del cuello, lo cual significa que no es una intervención compleja y que solo precisa de una noche de ingreso.
Lo que sí es necesario será realizar un reposo vocal durante siete días y tres semanas sin esfuerzo físico para entrar de lleno en la tercera etapa del proceso: las sesiones de logopedia.
En ellas se realizarán ejercicios de canto no solo para modificar el gesto vocal, sino para mantener con naturalidad la nueva voz.
Para finalizar, se realizarán cinco revisiones:
- Laringoscopia
- Análisis acústico (al mes)
- Laringoestroboscopia
- Análisis acústico (a los tres meses)
- Grabación de la voz hablada (a los nueve meses)
Después de todas estas etapas llega el momento más importante para ti y para nosotros: el de sentirte a gusto con tu propia voz y perder el miedo a reír a carcajadas.