La reducción de la nuez de Adán, el término coloquial que se utiliza para referirse a la condroplastia tiroidea, es uno de los procedimientos quirúrgicos más demandados por mujeres transgénero, además de por hombres que han desarrollado excesivamente el cartílago tiroides.
Si te identificas con alguna de estas dos situaciones y estás pensando realizarte una reducción de la nuez, seguro que en algún momento te has planteado preguntas como estas:
- ¿Será demasiado molesto el postoperatorio?
- ¿Durará mucho la intervención?
- ¿Cuánto tardarán en aparecer los resultados?”.
La buena noticia es que hoy, desde la Clínica Dr. Casado, vamos a contarte todo lo que necesitas saber para despejar cualquier duda sobre la reducción de la “nuez de Adán” o condroplastia tiroidea.
¿Qué es exactamente la “nuez de Adán”?
La nuez de Adán es una prominencia que se observa hacia la mitad del cuello, producida en el borde anterior del cartílago tiroides, y que está relacionada con las hormonas masculinas.
Este es el motivo por el cual una nuez excesivamente desarrollada que destaca por su protuberancia se considera un rasgo asociado a la masculinidad.
Por este motivo, normalmente esta cirugía es en su mayoría demandada en mujeres transgénero, pero también por hombres que han desarrollado excesivamente el cartílago tiroides
¿En qué consiste la reducción de la “nuez de Adán” o condroplastia tiroidea?
Al contrario de lo que puedas pensar, la reducción de la nuez de Adán es un procedimiento quirúrgico de lo más sencillo, lo cual, como es lógico, no quiere decir que no debas ponerte en manos de un cirujano experto para llevarla a cabo, como el Doctor Juan Carlos Casado.
Mediante una pequeña incisión en los pliegues del cuello, se lleva a cabo una rebaja del borde anterior del cartílago tiroides, consiguiendo disminuir notablemente la prominencia de la nuez.
Esta intervención tiene una duración de 30 – 45 minutos como máximo, y se realiza bajo anestesia general o local con sedación.
Para terminar, la recuperación no será en absoluto compleja ni engorrosa, más allá de leves molestias durante las primeras 24/48 horas.
¿El resultado? Un cuello más femenino y estético de inmediato, y una cicatriz prácticamente imperceptible.